La introducción de un centro de mecanizado en un flujo de trabajo de producción suele ser la clave para aumentar la productividad y la eficacia del proceso, al tiempo que se garantiza la precisión, la repetibilidad y la calidad constante de los productos mecanizados. Sin embargo, se trata de soluciones costosas que representan el capital tecnológico de una empresa. De ahí la necesidad de que quien adquiera una máquina-herramienta disponga de un producto que pueda durar mucho tiempo y garantizar la máxima fiabilidad.
Las puertas de protección de un centro de mecanizado, por ejemplo, a pesar de ser un elemento aparentemente externo a la máquina, desempeñan en realidad un papel crucial en el funcionamiento de la propia máquina.
De hecho, garantizan tanto la protección de los mecanismos internos como, lo que es más importante, que el entorno externo - donde trabajan los operarios - se mantenga a salvo de los contaminantes generados por los procesos de mecanizado, como virutas, polvo fino y fragmentos de metal.
Por eso es tan importante que sigan abriéndose y cerrándose con suavidad y eficacia a lo largo del tiempo. Cualquier contratiempo en el funcionamiento de las puertas de la máquina provocaría una parada de la misma, con consecuencias directas en la productividad.
¿Cuáles son las principales características que hay que tener en cuenta a la hora de elegir la mejor solución de movimiento lineal?
En otras palabras, ¿qué características debe garantizar absolutamente una solución de movimiento lineal para mantener un centro de mecanizado efectivamente sellado?
¿Qué guía lineal debe elegir un diseñador de máquinas-herramienta para accionar sus puertas?
Hay muchos factores que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar la guía lineal adecuada:
El primer factor, y el más importante, es la capacidad de la propia guía para gestionar las imprecisiones y desajustes de las superficies sobre las que se monta (tanto en términos de paralelismo como de planitud).
En el caso de las puertas de un centro de mecanizado, nos encontramos con una estructura que no es especialmente rígida ni precisa, además de tener que gestionar posiblemente desajustes importantes, incluso del orden de unos pocos milímetros.
Aquí es donde una guía autoalineante se convierte en la solución ideal, ya que es capaz de evitar la necesidad de realizar costosas modificaciones en el bastidor para aumentar su rigidez o, alternativamente, de trabajos mecánicos igualmente costosos en las superficies de montaje.
Además, una guía lineal que puede gestionar las desalineaciones simplifica la instalación, haciéndola mucho más rápida.
Otra de las características a tener en cuenta es la resistencia de la guía lineal a los refrigerantes líquidos típicamente corrosivos que las puertas están diseñadas para mantener en el interior de la máquina.
La disponibilidad de una gama de tratamientos superficiales que puedan aplicarse en la guía es una variable decisiva a la hora de seleccionar la solución a instalar, ya que cualquier solución debe garantizar unas características de resistencia adecuadas, como las que ofrecen los tratamientos pasivados de electrogalvanización y niquelado.
El sistema de cierre de puertas de un centro de mecanizado también está sujeto a muchos «ataques» a lo largo de su vida útil.
Los mismos contaminantes que representan un riesgo para los operarios que trabajan alrededor de la máquina pueden depositarse en las pistas de rodadura de las puertas, provocando su atasco con el tiempo.
Las virutas de metal, el polvo de polímero y otras partículas más diminutas provocan un aumento de la fricción, ruido y, a largo plazo, un desgaste excesivo y el bloqueo de la guía.
Utilizando guías con rodamientos de rodillos que, gracias al gran tamaño de los elementos rodantes, no tienen problemas para superar cualquier obstáculo presente en la pista de rodadura, evitando así atascos, desgaste adicional o comprometiendo la eficacia del sistema de cierre de la puerta.
Además, la integración de un sistema combinado opcional de lubricación y limpieza de las pistas de rodadura en el cursor es, sin duda, una ventaja muy valiosa que permite que el sistema siga funcionando con la máxima eficacia durante mucho tiempo.
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